Latinoamérica
Gabriel García Márquez utiliza, como todos los autores propios del boom latinoamericano, Latinoamérica para referirse al marco espacial de la novela; ya que uno de los objetivos principales es el de, a través de la obra, brindar a los lectores una imagen de la realidad de América Latina.
En Cien años de soledad se presentas diversos rasgos y temáticas latinoamericanos que pueden ser destacados, entre ellos se encuentra la belleza; la “magia” propia de la misma tierra; la violencia; la guerra; la soledad, dentro de la novela y de América Latina misma; el subdesarrollo; y las organizaciones e injusticias políticas y económicas.
En primer lugar, con respecto a la dicha “magia”, se hace referencia a todos aquellos sucesos tan increíbles que llegan a parecer inverosímiles para el público no Latino, hechos descomunales a los ojos de los extranjeros, como la exagerada belleza y pureza de los territorios, y los sucesos culturales y naturales.
Luego se ven plasmados en la novela también los aspectos negativos, que al igual que lo bello, en algunas ocasiones resulta inverosímil hacia los extranjeros. Estos refieren a temáticas como las guerras ocurridas, enfrentamientos entre liberales y conservadores; la violencia, como método para resolver las problemáticas sociales y políticas, el abuso del poder, y también las injusticias, represiones y corrupciones. Un aspecto que se puede resaltar en diversos sucesos de la novela es el subdesarrollo, referente a América Latina; este se ve en ocasiones como la instalación de la compañía bananera, que muestra la economía dependiente, la agro-exportación, y los propietarios extranjeros exprimiendo los recursos propios de las tierras. Otro rasgo de subdesarrollo es la organización de los roles dentro de la familia, la diferencia de género: las mujeres se encargan de las tareas domésticas dentro de la casa y todo lo relacionado a lo íntimo, mientras que los hombres se ocupan de las actividades afuera y la vida pública. La llegada de los inmigrantes junto con Úrsula y la ruta de la civilización muestra otro rasgo de América Latina, y también los cambios en la economía que se dan junto con estos; la casa es un gran ejemplo del recibimiento de todo lo extranjero ya que en la novela se puede ver con sus puertas abiertas de par en par al forastero, sin condición de ninguna clase.
Por último, podemos resaltar la gran conexión que se da en la obra con respecto al desarrollo de la cadena familia-casa-Macondo, a la cual le podemos agregar Latinoamérica.